En este libro Chögyam Trungpa nos habla de las trampas que acechan al buscador espiritual de oriente y occidente, desde el pasado remoto hasta hoy. En todas las regiones y en todos los tiempos. " Recorrer el sendero espiritual correctamente resulta ser un proceso sutil: no se puede emprender el camino espiritual con un salto ingenuo. Hay en el camino numerosos desvíos que sólo conducen a una visión deforme y egocéntrica de la espiritualidad; nos convencemos de que estamos creciendo espiritualmente cuando en realidad sólo fortalecemos nuestro egocentrismo por vía de las técnicas espirituales. A esta distorsión fundamental la podemos llamar materialismo espiritual".
Estas charlas recogidas entre 1971 y 1972 en E.E.U.U. muestran un enfoque que se adentra en el corazón de las enseñanzas del budismo fuera de cualquier formalismo .Todos nosotros, de una forma u otra, nos vamos a ver reflejados en las palabras de este libro, sin excepción. Y a la vez nos invita a reflexionar sobre nuestra manera de relacionarnos con las cosas y las personas. Según la tradición budista el sendero espiritual consiste en abrirse camino a través de la confusión. El núcleo de esta reside en creer que el hombre posee un yo continuo y sólido. Sin embargo la experiencia nos amenaza continuamente con revelarnos la transitoriedad de nuestra existencia, por tanto, luchamos incansablemente por encubrir nuestra condición verdadera. Esta es la función del ego. La insatisfacción y el dolor propios del vivir acompaña las luchas del ego, llevándonos, en ocasiones, a examinar nuestra conducta.
¿Cuáles son los mecanismos del ego para hacernos permanecer en la confusión? Aquí se nos habla de los "Tres señores del Materialismo". Primero, "el Senor de la Forma"; se refiere a la búsqueda neurótica de seguridad y placeres físicos. La sociedad tecnológica actual es un claro reflejo de esto creando la ilusión de un mundo manejable, seguro y predecible. Segundo, "el Señor de la Palabra"; nos habla de las preocupaciones neuróticas impulsoras de la creación de un entorno seguro y controlado. Por ello, nos aferramos a nuestros placeres. Nos muestra el uso del intelecto para relacionarnos con el mundo. Su producto más complejo son las ideologías, los sistemas de ideas por los cuales santificamos y justificamos nuestras vidas. Llámese Nacionalismos, Budismo, Comunismo, Ecologismo, Punk... Estos conceptos actúan como filtros para protegernos de la percepción de lo que es. Por último, "el Senor del Pensamiento"; hace referencia al esfuerzo realizado por la consciencia por mantenerse consciente de sí misma. Este "señor" reina cuando hacemos uso de las disciplinas espirituales o psicológicas como medio para mantener nuestra autoconciencia. Las drogas, el Yoga, la oración, meditación, las varias clases de psicoterapia... El ego "abraza" estas actividades relacionándose mímicamente con ellas, negándose a desaparecer. En este contexto la meditación aparece como una medicina.
Además el libro revisa, a través del diálogo, una serie de conceptos budistas tales como el sentido del humor, el Gurú, la entrega, la formación del ego, el autoengaño... Especial mención merecen la impermanencia, la vacuidad y el tantra, nunca de forma tan sencilla los grandes temas del budismo eran introducidos al gran público. A veces en un tono irónico y con gran sentido del humor nos da la sensación de recorrer el mismo camino de la filosofía occidental del siglo XIX y XX en lo referente a la teoría del conocimiento, e incluso el de algunos modelos de psicoterapias humanistas centradas en la transmutación de las emociones.
En fin, muy recomendable para todo interesado en la filosofía, la psicología y el budismo, claro. Lo malo es que el libro es difícil de encontrar.
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