"Que vuestro alimento sea vuestra medicina."
Hipócrates (460 - 370 a. C.), padre de la medicina occidental.
Comenzamos una serie posts dedicados a armonizarnos con las estaciones a través de la alimentación según la Medicina Tradicional China. Mediante una serie de principios dietéticos generales prepararemos el organismo para los cambios climáticos derivados del cambio estacional.
La dietética estudia cómo conseguir el equilibrio energético del organismo a través de la alimentación, para así preservar y nutrir la esencia (energía de nacimiento Jing), prevenir las enfermedades y tratar de curarlas. Como reza un proverbio chino: "El padre de la enfermedad pudo haber sido cualquiera, pero no cabe duda de que la madre fue la mala dieta". Por todo ello, Sun Si Miao, uno de los grandes médicos de la antigüedad dijo: “Hay que emplear la farmacopea sólo cuando la Dietética resulta insuficiente.”
La Medicina Tradicional China clasifica los alimentos según diferentes criterios, entre los cuales podemos destacar los siguientes:
Según la energía intrínseca que cada alimento aporta al interior de la persona:
· Calientes: tonifican, dan calor, ascienden y movilizan la energía.
· Templados: tonifican y equilibran.
· Fríos: dispersan el calor.
· Frescos: refrescan, hidratan y calman la mente.
Es conveniente aclarar que la naturaleza de los alimentos no se refiere a la temperatura física de los mismos, sino al efecto que producen en el organismo cuando los ingerimos. A grandes rasgos, el dulce tonifica y armoniza, el salado ablanda e interioriza, el amargo drena, el ácido astringe y el picante moviliza.
Según los cinco elementos, es decir, según su sabor:
· Madera: sabor ácido: aceitunas, vinagre, limón… Actúan sobre el hígado y la vesícula biliar. Este sabor estimula la secreción biliar, es astringente, desintoxicante y alcalinizante; útil en la pérdida de líquidos orgánicos (vómitos, diarrea, sudor, excesivo, hemorragias), pero su exceso puede producir humedad interna (candidiasis).
· Fuego: sabor amargo: cebolla, ajo, berenjenas… Se asocian al corazón y al intestino delgado.
· Tierra: sabor dulce: frutas, ajo, mostaza, zanahoria… Tienen que ver con el bazo, el páncreas y el estómago.
· Metal: sabor picante: pimienta, guindilla, tabasco,... Asociados al intestino grueso y al pulmón.
· Agua: sabor salado: pescados salados, marisco, pimientos… Corresponden al riñón y a la vejiga.
· Fuego: sabor amargo: cebolla, ajo, berenjenas… Se asocian al corazón y al intestino delgado.
· Tierra: sabor dulce: frutas, ajo, mostaza, zanahoria… Tienen que ver con el bazo, el páncreas y el estómago.
· Metal: sabor picante: pimienta, guindilla, tabasco,... Asociados al intestino grueso y al pulmón.
· Agua: sabor salado: pescados salados, marisco, pimientos… Corresponden al riñón y a la vejiga.
Según el tropismo.
Cada alimento tiene “tropismos” hacia algún meridiano. ¿Y qué quiere decir esto? Pues que su acción se dirige a uno o varios órganos. Por ejemplo, la pera tiene mayor impacto sobre el pulmón; las espinacas sobre el hígado; la calabaza para el bazo; las castañas para el corazón etc.
Podemos decir que la dietética, junto a la acupuntura, la farmacopea, el Tuina (masaje chino) y el Chi Kung, constituye uno de los pilares de la Medicina Tradicional China. Cuya función en pocas palabras es equilibrar el yin y el yang en nuestro organismo para evitar evitar un desequilibrio entre el Qi (energía) y XUE (sangre), entre plenitud y vacío energético; origen toda enfermedad.
La dietoterapia puede utilizarse como recurso terapéutico para paliar cualquier tipo de dolencia. En ese caso, se debe consultar con un especialista que haga un diagnostico sindrómico adecuado y su posterior tratamiento personalizado.
El hombre es un ente bioenergético entre el cielo y la tierra, sujeto a los influjos cómicos y a las energías telúricas. Nuestra energía adquirida, las llamada del "cielo posterior"; proviene del oxígeno respirado, los alimentos ingeridos, del tipo de relaciones que tenemos, y de los factores climáticos de nuestro medio.
ELEMENTO MADERA
En primavera la naturaleza emprende un nuevo ciclo , dejando atrás el invierno frío que ha servido para coger energía para esta nueva estación. El reino vegetal empieza a brotar y los animales dejan el momento de hibernación. Al ser nuestro cuerpo un microcosmos réplica de la Naturaleza comienza un proceso de expansión y eliminación de los depósitos de grasa, líquidos y minerales acumulados en el invierno.
El cuerpo tiende a hacer este proceso de forma natural, pero si no favorecemos este proceso podemos padecer desajustes. Serían las típicas enfermedades de primavera: astenia primaveral, alergias, conjuntivitis, etc. Siguiendo una alimentación que nos ayude en este momento, el cuerpo tendrá mayor capacidad de limpieza y realizará depuraciones más suaves o ninguna en absoluta.
Según la Teoría de los 5 elementos la primavera corresponde al elemento MADERA, que se caracteriza por tener una energía ascendente y activa el hígado y la vesícula biliar.
La fisiología energética de la madera drena lo turbio y expande el Qi almacena y depura el Xue (sangre). Responsable de la energía defensiva del organismo (WEI interna y externa). Da energía a los músculos, tendones, uñas y ojos. Responsable de la sexualidad masculina. A nivel emocional rige la imaginación, el deseo y la decisión. En equilibrio: paciencia, perseverancia, generosidad, cooperación, asertivo, compasión, creatividad, claridad.
A EVITAR EN PRIMAVERA
Por nuestra parte, un consumo excesivo de grasas saturadas (más de dos veces por semana); encontrándose principalmente en productos de origen animal, tales como mantequillas, lácteos, quesos, embutidos, carne de cerdo..., aumentan los depósitos grasos del hígado, subiendo el colesterol y el riesgo cardiovascular. Huevos, alimentos fritos, alcohol, azúcar, alimentos procesados y envasados; están cargados de sustancias difíciles de metabolizar por el hígado. Al igual que el consumo de todo tipo de medicamentos, también disminuyen la función hepática.
SIGNOS DE MAL FUNCIONAMIENTO DE LA ENERGÍA DE LA MADERA
En primavera, si el hígado y la vesícula biliar están bloqueados notaremos síntomas de congestión hepática. Cualquier tipo de estancamiento, bloqueo o represión física, emocional o mental impedirá el libre flujo de la energía de estos dos órganos. Produciendo los siguientes signos clínicos:
- Trastornos oftalmológicos.
- Frecuentes problemas gastrointestinales; mala digestión de las grasas, flatulencias, formación de barro biliar.
- Cefalea en la zona lateral o en el vértex acompañadas de náuseas y fotofobia.
- Acúfenos.
- Dolores menstruales.
- Dolor costal, en hipocondrios.
- Necesidad de suspiros frecuentes.
- Hipertensión lábil.
- Tendencia a formar cálculos biliares.
- Insomnio entre la 1 y las 3 de la madrugada.
A nivel emocional el elemento madera en desequilibrio puede manifestarse en enfado, rabia, arrogancia, carácter controlador y tirano, impulsivo, violento. Para desbloquear la energía del elemento madera es importante expresarse: desde bailar, pintar, en definitiva dar rienda suelta a nuestra creatividad, hasta verbalizar nuestras emociones negativas o positivas.
¿QUÉ HACER Y COMER EN PRIMAVERA?
En síntesis dando menos trabajo al hígado y la vesícula biliar comiendo de forma más saludable, y así, favorecer su función de eliminación y limpieza tomando ciertos alimentos, plantas y haciendo ejercicio; andar, Tai Chi, Yoga, Chi Kung...
Empezar a dormir antes de la media noche para respetar el horario de recarga energética del hígado y la vesícula biliar que es de 23h a 1h. Recomendable cenar antes de las 22h para no dar trabajo digestivo a los órganos durante la noche.
Debemos elegir los siguientes alimentos y estilos de cocción, sin renunciar a seguir tomando alimentos refrescantes ( que no fríos) y algunas cocciones más calientes de invierno por los días fríos que aún pueda haber, pero que tomaremos en menor cantidad.
- Cereales: empezaremos a tomarlos para producir cierta frescura. El arroz integral largo, el trigo ya sea en forma de pasta integral o cuscús.
- Verduras: de crecimiento rápido y vertical: puerro, apio, los champiñones y algunas setas. Algunas verduras de sabor picante, que ayuden a movilizar y depurar: rabanitos, nabos, berros, cebolletas, etc.
- Legumbres: elegiremos lentejas y los guisantes frescos, y como proteína el tofu y el seitán, y reduciendo los productos animales.
- Algas: las algas nos van a proporcionar minerales, muy importantes si nuestro cuerpo va a realizar algún tipo de depuración que puede provocar una desmineralización en el cuerpo. Elegimos las algas más verdes, como el alga wakame, en sopas, ensaladas y platos ligeros.
- Semillas y frutos secos: Debemos reducir el uso de frutos secos y no abusar del aceite y de los fritos, de forma que el cuerpo elimine las grasas de forma más suave.
ESTILOS DE COCCIÓN
Los estilos de cocción más interesantes para este
momento son aquellos que sean algo menos calientes: escaldado, hervido, vapor,
salteados corto… Si tenemos necesidad de tomar ensaladas, en este momento es
interesante que no sean siempre crudas, puesto que acabamos de salir del
invierno y no es conveniente enfriarse muy rápido. De vez en cuando seguiremos
tomando guisos un poco más largos, para mantener cierto calor en el cuerpo para
los días de frío que todavía aparezcan.
- Escaldado: cortamos las verduras finamente en palillos o medias lunas y las ponemos a hervir poco a poco en una cazuela con agua hirviendo y una pizca de sal durante un minuto aproximadamente . Escurrimos las verduras y las servimos al momento o dejamos enfriar. Aliñar al gusto. Conseguiremos verduras ligeras, refrescantes y crujientes.
- Hervido de verduras.
- Verduras al Vapor.
- Salteado corto: este tipo de preparación nos calentará y activará el organismo. Por ejemplo, cortamos la cebolla en medias lunas y las zanahorias en cerillas. Calentamos la sartén y añadimos unas gotas de aceite. Ponemos las cebollas con una pizca de sal durante 12 minutos. A continuación, las zanahorias con otro poco de sal. Lo dejamos sin tapar a fuego alto durante 5-10 minutos a fuego alto y salteando continuamente. Antes de apagar añadir unas gotas de salsa de soja. Podemos utilizar cualquier tipo de verduras finas.
- Macerado: este tipo de cocción lo podemos utilizar con cualquier tipo de alimento, tofu, pescado, verduras... Cortaremos los ingredientes en lonchas finas o en cerillas y prepararnos en un bol de cristal agua con sal marina, miso, vinagre umeboshi o salsa de soja. Lo mezclamos bien y los dejamos como mínimo una hora y máximo un día cubierto con el líquido. Podemos añadirle especias, ajo, vinagre, limón, jengibre... Los escurrimos y los tenemos listos para comer. El líquido resultante lo podemos utilizar para aliñar otros platos.
Recuerda, cuando nuestro organismo está en equilibrio nuestras emociones también lo están; y cuando nuestras emociones son equilibradas favorecemos que nuestros órganos no se bloqueen. De este modo, a través de una correcta alimentación en primavera podemos tanto beneficiar el correcto funcionamiento del hígado, como mejorar nuestro estado anímico.